Los docentes de la provincia de Buenos Aires llegamos a la última semana de octubre con:
· el salario congelado desde abril,
· ajuste presupuestario en Educación y en el resto de las áreas estatales para el 2010,
· una reforma a la Secundaria que no está garantizada ni en infraestructura ni en puestos de trabajo estables,
· una conducción gremial que se ajusta – una vez más – a los tiempos que impone el Gobierno de Scioli.
Desde agosto, la conducción del SUTEBA ha venido insistiendo con que no corresponde pedir aumento salarial frente a la pobreza de nuestros alumnos; que no es tiempo ni de aumento ni de blanqueo porque los números de la provincia están en rojo.
Entre tanto, la unidad con el resto de los trabajadores estatales sigue esperando. Mientras ATE, Judiciales y CICOP profundizan sus medidas de fuerza de conjunto, el Frente Gremial recién planea poner en acción “la unidad” el 3 de noviembre, aunque está votado un paro con el resto de los estatales desde el 19 de octubre, lo cual demuestra – una vez más – que facultar al Plenario de Secretarios Generales para que decida sobre las medidas de fuerza, deja fuera de la discusión a la mayoría de los docentes que, más allá de pertenecer o no a alguna organización gremial, son quienes ponen el cuerpo día a día para defender la escuela pública. En tanto, la conducción del SUTEBA se indigna frente a los compañeros y compañeras que reclaman por salarios mientras dilatan los tiempos de la lucha y de la unidad y dejan que UdocBA aparezca en escena sin ningún mérito.
Las contradicciones de algunos y la realidad que las supera
Sancionada la Ley de medios, el Gobierno Nacional apura la reforma política, frente a una impresentable oposición cuya única propuesta es decir no a todo aquello que proviene de los Kirchner, quienes, ante esta pobreza opositora, avanzan a paso redoblado con sus acciones: mantienen un discurso progresista, hablan de los pobres y de como hacer para que dejen de serlo, y de su defensa irrestricta de los derechos de los trabajadores.
Pero la realidad es implacable: la brecha entre el sector más rico de la población y el sector más pobre es cada vez mayor. A su vez los trabajadores de Kraft-Terrabusi, los del subte o los estatales, por citar sólo algunos, son abandonados a su suerte en sus reclamos por las dirigencias sindicales.
Nuestra conducción gremial, que también pregona una mejor distribución de la riqueza, justifica el atraso salarial docente: antes, aduciendo la imposibilidad de la provincia en otorgar aumentos y ahora, dejando pasar el tiempo en llevar adelante las medidas de acción votadas; nuestra conducción gremial apoyó fervientemente la sanción de la Ley de medios, como si este fuese el instrumento único para evitar los monopolios y profundizar la pluralidad y la libertad de expresión, pero cuando convoca a una Asamblea, impone el absurdo condicionamiento de tres minutos por orador, impidiendo lo que debería ser un rico intercambio de argumentaciones e ideas (pluralismo que le dicen).
Pero la incoherencia no termina ahí. Sorpresivamente, ante un llamado del Ministro Oporto, la conducción del Frente Gremial suspende las medidas que habían sido propuestas y votadas por esa misma conducción. Pese a esto, el paro del día 21 fue masivo, evidenciando el malestar de la docencia bonaerense. Seguidamente, ante la inexistencia de una oferta por parte del Gobierno (¿para qué fueron?), convocan a un paro de 24 hs. para el jueves 29 y otro para el martes 3. Una vez más demuestran su falta de convicción para emprender la lucha por un salario digno. No son capaces de mantener ni sus propias propuestas, ni de defender como corresponde los intereses de quienes dicen representar, solo son capaces de ser contradictorios, incoherentes y funcionales a un Gobierno que se apropia de los fondos del IPS y no da respuesta satisfactoria a los problemas acuciantes que tiene nuestra educación.
Es imperioso que el Frente Gremial deje de ser funcional al Gobierno y que de inmediato unifique las medidas de fuerza con el resto de los estatales. El aumento salarial es necesario ahora porque desde agosto se reclama en las escuelas. Por eso, vamos a parar y profundizar la lucha por:
· Recomposición salarial de emergencia y retroactiva: $500 al básico, en camino a lograr un salario igual a la canasta familiar.
· Cronograma concreto de incorporación al básico de todos los adicionales, sean remunerativos o no.
· Que se decida en la escuela las medidas de fuerza a seguir, a través de Reuniones de Delegados con mandato firmado, Asambleas de afiliados y no afiliados o consultas debidamente fiscalizadas y escrutadas públicamente.
· Que ningún Gobierno disponga de los fondos del IPS para otro fin que no sea mejorar la situación previsional docente.
· Decirle no a cualquier Reforma que ponga en peligro la estabilidad laboral.